martes, 20 de octubre de 2009

RUSIA MOVILIZA HELICOPTEROS













En exclusivo, hemos logrdo el relato de uno de los pilotos de helicóptero movilizado anoche:

Con las últimas horas del día, llegamos al playón de la base militar de Krasnodar, dispuestos a llevar algunos Kamovs hasta el FARP Skala. Una fría pero serena noche otoñal nos esperaba (1 grado), que se fué calentando con el rugir de las muchas APUs que se iban poniendo en marcha. Así, los MI-24, los 28, Ka-24 entre otros, fueron haciendo rotar sus hélices poco a poco y a medida que se alistaron, comenzaron a rodar por las calles del aeropuerto. Cada vuelo tenía asignado un destino diferente, pero se hizo una larga cola de espera para poder tomar pista y despegue. Si bien el vuelo sería rutinario, un poco inquietante era saber que sobre nuestras cabezas, volaban algunos aviones yanquees. Así que volaríamos bajo, aunque sobre territorio aliado, con la precaución de no elevarnos demasiado y aprovechando el amparo de la noche.

A poco de despegar, cada paquete fue buscándose unos a otros, y claramente se podía ver las negras siluetas formando algo así como bandadas de pájaros, especie por especie. Ya a unos cuantos kilómetros, una de las formaciones rompe a la izquierda con destino a Maykop, supongo. A medio camino, Control radar nos informó de aviones cazas norteamericanos volando más arriba, y dió órdenes a nuestros interceptores para que los cacen. Nosotros, desesperados, mirábamos por las ventanillas para ver si alguna estela delataba la caída de algunos de nuestros enemigos, pero no tuvimos suerte. También se nos informó de ecos intermitentes en nuestra dirección y atravesándose en nuestro camino, pero fuera lo que fuera, nunca fuimos capaces de verlos (luego sabríamos que se trataban de 2 A-10 volando muy bajo entre las colinas).














El terreno en donde estaremos volando, contiene depresiones y elevaciones suaves pero que exigirán toda nuestra pericia para volar y combatir muy cerca del suelo. Las torres de petroleo parecen estacas amenazantes y las columnas de alta tensión con sus brazos extendidos dispuestas a quitarnos la vida ante el menos descuido. No será una tarea fácil, pero confío en la experiencia y determinación de nuestros pilotos. Creo fervientemente en ellos.
Momentos después, Argento sufre una rotura que lo obliga a volver por otro helicóptero y recuperar terreno a costa de aceleración. Parapenteman se ve obligado también a dejarnos, y tras un tramo más, fuimos llegando a espacio aéreo de nuestro destino final. Con mucho orgullo, fuimos aterrizando en Skala, quien con sus luces nos recibió con gran anhelo. Muchos brazos agitados y gritos de victoria pudieron escucharse más allá de las aspas batientes. Uno a uno, fuimos posándonos en los helipuertos. Algunos camiones hicieron sonar sus bocinas a modo de bienvenida. Estamos aquí, dispuestos a servir para lo que se necesite.